Dani Korovsky actúa desde los doce años. Aunque su nombre se hizo conocido con la segunda temporada de División Palermo, su camino en la actuación lleva décadas. En la serie interpreta a la hermana del protagonista, un rol que replica su vínculo con Santiago Korovsky, creador de la ficción. Sin embargo, su carrera no comenzó ahí.
Formada en danza y teatro, Dani eligió un perfil bajo. Participó en obras del circuito porteño y proyectos de televisión, donde acumuló oficio. Estudió con maestros reconocidos, atravesó castings y construyó una trayectoria sólida. En la familia, fue la primera en seguir una vocación artística con decisión.
Santiago reconoce la influencia de su hermana. Dice que ella lo inspiró a dedicarse a la actuación. Cuando escribió los guiones de la serie, Dani fue una de las primeras en leerlos y en dar devoluciones. En pantalla, su química se nota, sostenida por años de confianza y afinidad creativa.

Además del teatro, Dani escribe, dirige y canta. También da talleres de cocina para chicos y estudia astrología y tarot. Lejos de los medios, eligió la constancia antes que la fama. Sus trabajos reflejan una búsqueda personal que no depende del apellido que lleva.
En la familia Korovsky hay una historia de sensibilidad artística. Santiago cuenta que su abuela, su tío y su madre también escribieron. Su papá canta en un coro. Esa herencia aparece en División Palermo, una serie que mezcla humor y ternura, y que también muestra el fruto de una complicidad familiar.


