Carla Conte volvió a poner sobre la mesa una vieja polémica de la televisión argentina al relatar, con total sinceridad, cómo fue trabajar con Mariano Iúdica. En una entrevista con El Ejército de la Mañana (Bondi Live), la conductora recordó su paso por Este es el show y describió un clima laboral marcado por la incomodidad. Conte aclaró desde el inicio que sus declaraciones no son nuevas ni oportunistas, ya que había hablado del tema “hace muchos años” cuando criticar a figuras de peso como Marcelo Tinelli o el propio Iúdica no era algo habitual.
Durante la charla, el periodista Santiago Riva Roy le recordó una frase contundente que ella misma había expresado tiempo atrás: que ninguna mujer que trabajó con Iúdica había pasado una buena experiencia. Lejos de suavizar su postura, Carla reafirmó su mirada: “De todas las mujeres que condujeron con él, ninguna quiere volver a laburar con él”, sostuvo. Además, calificó al conductor como “un pajero desagradable”, señalando que su comportamiento afectó a todas las mujeres que estuvieron cerca suyo.
Conte profundizó en su experiencia personal durante los años que compartió el programa con Iúdica, especialmente cuando él comenzó a participar más activamente en el ciclo. Recordó que estaba “recién parida” y que atravesaba una etapa sensible en la que las actitudes del conductor le resultaban aún más intolerables. Según relató, recibió comentarios desagradables que jamás olvidó y que marcaron su percepción definitiva sobre él.
El quiebre llegó cuando Este es el show pasó a emitirse diariamente. Iúdica realizaba móviles desde Villa Carlos Paz, y según Conte, allí su comportamiento se volvió “insoportable”, especialmente por los episodios de “manoseo” hacia las bailarinas. Esa situación la llevó a renunciar, ya que consideraba que el clima laboral se había vuelto incompatible con cualquier tipo de bienestar profesional.
En el cierre, la conductora reflexionó sobre el cambio de época y la “impunidad” con la que, según ella, muchos comportamientos solían naturalizarse. Señaló que, aunque hoy exista una mayor conciencia, el daño causado por esas actitudes no desaparece: “A mí el veneno no se me va a pasar nunca más”, afirmó. Con estas palabras, dejó en claro que su relato no surge del enojo del momento, sino de una experiencia laboral que la marcó profundamente.
