En 1994 comenzó una relación amorosa entre Natalia Oreiro y Pablo Echarri, dos jóvenes actores en sus comienzos que se conocieron tras la llegada de la actriz uruguaya al país y, desde entonces, compartieron seis años de vida y trabajo, hasta su separación a comienzos de los años 2000. Durante ese tiempo, se convirtieron en una de las parejas más emblemáticas y seguidas del mundo del espectáculo.
El romance se inició poco después de que Natalia Oreiro, con dieciocho años, decidió mudarse de Uruguay a la Argentina para dedicarse a la actuación. A poco más de un año de haber llegado, cruzó caminos con Pablo Echarri, quien ya participaba en la televisión local. En una entrevista televisiva que la pareja le brindó a Mirtha Legrand, explicaron que el primer contacto fue a través de una reunión en la que Oreiro buscaba recomendaciones para tomar clases de teatro. Echarri improvisó una invitación a un café, posponiendo el consejo solicitado y dando paso a una conexión inmediata entre ambos. Desde ese encuentro, comenzaron una relación que rápidamente se consolidó.
Según detallaron ambos actores en diferentes reportajes, los primeros momentos de la pareja se dieron en un contexto de esfuerzo y aspiraciones. Mientras Echarri se trasladaba en colectivos de línea y Oreiro vivía en una pensión, compartían sueños de crecimiento profesional mientras el interés de los medios sobre ellos iba en aumento. La exposición mediática llegó a partir de la popularidad de sus trabajos en televisión y en la música, lo que los llevó a convertirse en referentes del espectáculo argentino.
Durante esos años, la pareja protagonizó múltiples apariciones y participó de eventos destacados en la industria. Su historia representaba, para buena parte del público, la idea de una relación auténtica gestada fuera de los círculos tradicionales de la farándula. Oreiro, construía su carrera musical y actoral mientras Echarri sumaba papeles relevantes en novelas de rotundo éxito. Ambas trayectorias reflejaban el crecimiento sostenido de dos jóvenes artistas en pleno ascenso.
La relación no solo atrajo a los fanáticos, sino que también impactó en el ambiente laboral, donde compartieron proyectos y se apoyaron en medio de la alta exposición pública. Sin embargo, a comienzos del 2000, la pareja enfrentó dificultades que terminaron en una separación que generó sorpresas y comentarios entre seguidores y medios. La noticia tuvo amplia repercusión y se mencionaron diferentes motivos detrás del final del vínculo.
En 2001, Echarri explicó a una revista que la exposición producto de sus labores en el espectáculo fue un factor adicional en su vida privada, aunque la decisión de separarse llegó como consecuencia de cuestiones personales más profundas. Según expresó el actor: “Decidimos estar juntos; lo posterior, la enorme exposición, tuvo que ver mucho con nuestro trabajo”.
Años después de la ruptura, nuevas versiones surgieron sobre el motivo que desencadenó el final de la pareja. Uno de los episodios más comentados fue una discusión relacionada con una suma de dinero guardada en el congelador. Pablo Echarri había escondido alrededor de USD 5.000 en una caja de alimentos congelados para proteger sus ahorros. Durante una limpieza, la caja terminó entre los alimentos vencidos y salió del hogar, lo que generó malestar y una discusión. En una de sus declaraciones más recientes, el actor aclaró que la pérdida del dinero estuvo vinculada a una confusión con la persona que les ayudaba en la casa, y que esa situación, aunque llamativa, no causó la ruptura. Para Echarri, la separación ya se encontraba en proceso por diferencias personales y los distintos caminos profesionales que ambos habían comenzado a recorrer.
Oreiro, por su parte, siguió enfocada en la actuación y la música, y años más tarde se casó con Ricardo Mollo, cantante y guitarrista del grupo Divididos, con quien formó una familia. Pablo Echarri inició una relación con Nancy Dupláa, también actriz, y juntos tuvieron dos hijos y una larga historia compartida. Actualmente, ambos poseen carreras consolidadas y gozan de reconocimiento en la industria artística.
En la actualidad, y según señalan distintos medios, la relación entre Oreiro y Echarri se mantiene dentro de un marco de respeto y cordialidad. Aminorado el interés mediático y superadas las circunstancias que marcaron el final de su pareja, ambos continúan con trayectorias independientes.
La historia de amor entre Natalia Oreiro y Pablo Echarri tiene especial relevancia en la farándula argentina no solo por la intensidad de su vínculo, sino por la forma en que ambos supieron darle continuidad a sus vidas profesionales y personales tras esa etapa compartida. La relación atravesó el interés de la prensa, los rumores y las teorías, pero se mantiene como un recuerdo de una época de auge en la televisión nacional.
A casi 25 años de su separación, ambos artistas forjaron caminos propios lejos del foco que, en su momento, los unió como la pareja favorita del espectáculo en la Argentina.
