El enfrentamiento entre Yanina Latorre y Luciana Salazar volvió a encender los titulares luego de que la modelo mostrara documentos oficiales que desmienten las recientes declaraciones de la conductora. Latorre había negado la existencia de una denuncia que le prohibiera hablar sobre Matilda, hija de Salazar, pero la empresaria y mediática compartió pruebas de una cautelar y una denuncia penal por hostigamiento, en la que Latorre ofreció un “sincero pedido de disculpas”, firmado por ambas partes y sus abogados. Este cruce evidencia la intensidad de un conflicto que se ha prolongado durante años entre ambas figuras del espectáculo argentino.
Salazar no se detuvo allí y además mostró la denuncia por desobediencia a la cautelar, acusando a la abogada de Latorre, Elba Marcovecchio, de mentir sobre los hechos. Por su parte, Latorre insistió en sus declaraciones desde su programa: “No tuve demanda por hostigamiento y no le pedí disculpas. Opino de lo que ella expone sobre su hija”, acusando a Salazar de estar obsesionada con ella y de intentar silenciarla usando como escudo a su hija. El intercambio de acusaciones no solo refleja diferencias personales, sino también disputas legales que siguen en curso.
En paralelo, la conductora protagonizó un fuerte cruce con La China Suárez, quien se molestó por la difusión de la mudanza de su casa y la exposición de sus hijos. Latorre respondió señalando que la actriz había mostrado detalles de su vida privada en redes, incluyendo remodelaciones de su hogar y la escolarización de sus hijos en Turquía. “¿La China habla de exponer a los hijos? ¿Quién posteó barbaridades sobre el padre? ¿Eso no es exponerlos?”, cuestionó la periodista, subrayando la contradicción en las quejas de Suárez.
Latorre también recordó otros momentos de la vida de la actriz que, según su visión, constituían sobreexposición mediática: el auto que le regaló Rusherking y que compartió públicamente, así como detalles de su vida en Las Chacras de Pilar con Benjamín Vicuña. “A llorar al campito y a hacerse cargo de sus actos, señora”, enfatizó Latorre, dejando claro que su intención no es solo defenderse, sino también cuestionar la doble moral en la exposición de la vida privada.
En medio de ambos conflictos, Latorre defendió su postura frente al escrutinio público, explicando que su objetivo siempre fue proteger a su familia y no a terceros: “Ojalá encuentres la paz y entiendas que uno no puede ir por la vida livianamente cag… en el dolor de los otros. Yo duermo tranquila, mis hijos no tienen nada que reprocharme”. Sus palabras buscan posicionarse como víctima de una situación compleja, mientras deja en evidencia los conflictos legales y mediáticos que enfrenta con Salazar y Suárez.



